|ME GUSTA| Lollapalooza 2014 día 2

Ayer fue bacán, porque vi dos bandas que quería ver hace años y una que a pesar de que no era mi favorita favorita se convirtió lejos en el mejor show de todo el festival. Esta vez llegué un poco más tarde, alrededor de las tres de la tarde con el plan de escuchar lo que alcanzara de Portugal. The man. Sin embargo, terminé buscando por largo rato a mis amigos y poniéndonos de acuerdo en qué ir a ver, que no escuché mucho a la banda en realidad, así que no puedo decir nada coherente de ellos. Lamento profundamente no haber llegado más temprano para ver a Anita Tijoux o Natalia Lafourcade, porque me enteré que sus respectivos conciertos estuvieron muy buenos, pero almorzar en Lollapalooza nunca fue una opción por sus inflados precios.

nota1

Una vez que nos pusimos de acuerdo con mis amigos decidimos ir a ver a Julian Casablancas, algunos cachábamos algo de su disco solista «Phrazes of the young», otros algo de «The Strokes» pero yo, en particular, quería escuchar su colaboración con Daft Punk, la canción «Instant crush». Y fue un desastre, desde el principio. Si bien estaba bastante atrás en un comienzo, y tenía la intención de adelantarme un poco, ni siquiera lo intenté. El comentario del todo el mundo a mi alrededor fue permanentemente sobre el sonido del show, lo destemplada de la guitarra llegando a acoplarse, lo poco que sonaba Casablancas de fondo y lo fuerte de la batería. Era como si todos de su nuevo grupo The Voidz quisieran protagonismo, menos el único tipo que todos fuimos a ver. Punto aparte para el look de la banda y el disfraz de su guitarrista, que era gracioso, pero dejó de serlo cinco segundos después. Siento que verlo en vivo no valió la pena y terminó siendo una pérdida de tiempo que podría haber aprovechado en Savages, y que desperdicié, sin explicación alguna y sin escuchar «Instant crush».

nota2

Luego del fiasco de Casablancas, y que lo dejara de respetar un poco como artista, pasé a Vampire Weeekend. Pensé que me gustaban más de lo que creía, porque a pesar de que quería escuchar un par de sus canciones, decidí alejarme poco a poco para guardar un lugar en el concierto que venía de Pixies. Al parecer el concierto fue bueno y a muchos les gustó, pero a mi sinceramente me aburrió al poco rato y me llevó a alejarme lenteamente del escenario.

nota3

Entonces llegó uno de mis momentos más esperados de la noche, Pixies. Me salté todo, «Bone Machine», «Wave of mutilation», «Here comes your man» y bailé «La la love you» y «Caribou». Extrañé un poco a Kim Deal, que al parecer solía ser más cercana en los conciertos con el público, pero musicalmente Paz Lenchantin es un gran reemplazo, y por lo menos en ese ámbito nunca la eché de menos. El público estaba poco prendido, casi me dio la impresión de que habían muchos que estaban guardando el puesto para Soundgarden desde antes, pero eso dio lo mismo, y con mis amigos disfrutamos hasta la última canción mientras se acercaba más y más el mejor número de la noche, Arcade Fire.

nota4

No sé que decir de ellos. Yo no soy su fan número uno, y a pesar de que los quería ver, no estaba tan infinitamente entusiasmada como lo estaba para NIN y Pixies. Pero estaba equivocada, su show daba para estar ansiosa, porque la puesta en escena fue impresionante. Quizás los puntos más altos fueron con «It’s never over» con Reginé en medio del público cantándole al escenario y con una proyección de ella a contraluz en las pantallas del fondo, la llegada de la banda con las cabezas falsas y la mezcla de Here comes the night time y Wake Up que tenía al público prendidísimo y eso que yo estaba más cerca de la mesa de sonido que de la banda. Fue un final perfecto que me dejó rogando que vuelvan a Chile pronto y solos.

nota5

Ya para el final llegó New Order y yo estaba muerta. Pero nada importó cuando escuché mientras caminaba que estaban tocando «Crystal». Corrí por mi vida, la canté con emoción desde bien atrás del escenario y fui a comprar comida y algo para tomar. Y estaba precisamente en eso cuando escuché «Ceremony», vi a mi pololo, le dejé el ticket para retirar el sandwich que íbamos a comprar y corrí. Fue tal mi emoción que quedé muy adelante, bailando con la gente más prendida y cantando una de mis canciones favoritas de la vida. El resto fue buenísimo, parecía un carrete antiguo de la Blondie y todos bailando relajados. El final lo vimos con mi pololo sentados, comiendo algo, para irnos a dar una vuelta por Soundgarden. Esperamos una canciones (yo no cacho ninguna) y nos fuimos antes de que se llenaran mucho las salidas.

nota6

De este Lollapalooza 2014 lejos lo mejor fue Arcade Fire, fue en el concierto donde mejor lo pasé, donde la gente estaba más conectada y bailando. En segundo lugar queda NIN, con un show perfecto, ambientado de gran manera con su juego de luces y con varios clásicos para los fanáticos. Dentro de lo peor obviamente queda Casablancas, que todavía me tiene picada y sin ganas de escucharlo por un buen tiempo. También odié con toda mi alma la falta de baños y de puntos para tomar agua frente al exceso de lugares para comprar bebestibles. Mención honrosa para la guardia española que me pegó en el abdomen tratando de entrar al Movistar Arena, en una fila que ella misma me dijo que hiciera y por la que traté de entrar calmadamente. Un saludo para ella si lee este blog.

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